Balones, Tacos y Puntapies

By: Garrinson Maita. Fotografía: Gabriel Moreno.

Es en Sierra Maestra. A muy temprana edad se acercan a entrenar, para que con esfuerzo y dedicación, puedan llegar hasta la selección de mayores.

Es en Sierra Maestra. A muy temprana edad se acercan a entrenar, para que con esfuerzo y dedicación, puedan llegar hasta la selección de mayores. Y si bien crecen en tamaño, también en calidad. La filosofía consiste en hacerlos grandes, tanto dentro, como fuera del campo. Así se comporta el fútbol ucevista: mirando hacia el mañana. Desde las categorías menores hasta las más adultas, comparten el mismo norte, llevar el tricolor con pundonor y orgullo, para con ello alcanzar el éxito.  Y es que el trabajo que se viene haciendo en la cantera, ya da sus frutos.

Ejemplo de ello, lo realizado el la Copa Cesar Del Vecchio, recientemente cumplida. De cinco equipos con que la UCV participó, se alcanzaron tres importantes Copas. Entre ellas, dos campeonatos y un subcampeonato. Logros que demuestran el alto nivel de consistencia del balompié tricolor.



Tres alzadas

Así es. La UCV tuvo la fortuna de alzar tres veces la copa en la Cesar De Vecchio.  Campeonato se realiza durante todo el año lectivo, por lo que se requiere de una participación constante, y al mismo tiempo es necesaria una buena preparación física que soporte el rigor de los encuentros. Por eso, no es casual que se haya subido al podium en tres oportunidades. El entrenamiento caló, y, gracias a ello se alcanzó el victoria. La primera satisfacción la trajo consigo el equipo del preinfantil “B”, el cual, después de enterrar muchas veces los tacos en el césped, levantó el galardón de campeones. Le siguió el infantil “B”, serie “B”, equipo que para envidia de otros, jugó un excelente fútbol, para así también llevarse los honores del certamen. Finalmente se disputó una final contra un duro equipo, como lo es el Pito Usechi. Allí,  los chicos ucevistas, aunque ascendidos, permanecieron firmes para acceder al subcampeonato. Y es que el fútbol ucevista crece entre balones y tacos, donde a veces para alcanzar las metas, hace falta un buen puntapié.

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