- Año de Creación: 1958
- Director: Humberto Luque
- Ubicación: Plaza Cubierta El Rectorado Nivel Pasillo.
“Es indispensable que la UCV afiance su liderazgo”
Ante la difícil situación que viven las instituciones universitarias, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, eleva su voz de denuncia y alerta al país EN ESTA HORA MENGUADA DEL PAÍS ES INDISPENSABLE QUE LA UCV AFIANCE SU LIDERAZGO NACIONAL
Facultad de Arquitectura y Urbanismo
El Consejo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, asistido por una comisión ad-hoc de exdecanos, se dirige a la comunidad universitaria y al país con el propósito de alertar acerca de las graves amenazas que hoy penden sobre la vida de la Universidad y sus previsibles impactos para la sociedad en su conjunto, así como sugerir alternativas para afrontarlas.
La situación que viven las universidades nacionales y en particular la UCV es consecuencia de la creciente incertidumbre generada por decisiones del alto gobierno y de los poderes Legislativo y Judicial, agravadas por las repetidas agresiones físicas de las cuales son objeto tanto sus instalaciones como miembros de la comunidad, oportuna y sistemáticamente denunciadas, sin que las autoridades competentes se den por enteradas. Estas circunstancias incrementan el sentido de indefensión en la comunidad, alimentando un pesimismo paralizante que, de no superarse, acarreará impactos de mucha trascendencia y difícil manejo para la Universidad. En un escenario como éste es casi inevitable que se redoblen las acciones de acoso contra nuestra casa de estudios, no pudiendo descartarse la medida extrema de su intervención violentando las leyes y los preceptos constitucionales.
Frente a ello no basta con estar alerta, es necesario además afincarse en el conocimiento y la razón, instrumentos por excelencia de la vida universitaria, para denunciar y rechazar con firmeza tales acciones y, a la vez, mediante el diálogo académico, formular propuestas concertadas que, además de demostrar las fortalezas del espíritu universitario, diseñen trayectorias innovadoras, tanto para la preservación de nuestra institucionalidad y los altos fines que la justifican, como para la elevación de sus niveles de calidad, eficiencia y pertinencia.
En esa dirección es esencial revalorizar y ejercer con determinación uno de los cometidos fundamentales de la universidad: el de orientar a la ciudadanía en el esclarecimiento de los grandes problemas nacionales. Para ello debe programarse a la brevedad una diversidad de eventos académico-políticos de carácter controversial, dirigidos en primera instancia a las comunidades específicas de las Facultades, Escuelas, Institutos, Centros y dependencias en general, promovidos por los liderazgos naturales, gremios, grupos de opinión y entidades diversas de cada instancia, con el propósito de informar, discutir, clarificar y crear conciencia sobre la situación nacional y sus implicaciones en el ya complejo panorama de la Universidad y su futuro inmediato. La iniciativa debe ir más allá del campus universitario para que, activando sus extraordinarias reservas de talento e información, se convierta en punto de referencia en relación a los problemas que confronta la sociedad.
La situación también obliga al ejercicio de la racionalidad más rigurosa para evaluar con sentido autocrítico nuestro escenario interno e identificar debilidades, ciertamente afectadas por la crisis general del país y el asedio externo, que es indispensable superar a la mayor brevedad. Entre ellas es necesario mencionar la fragmentación del liderazgo y el debilitamiento de la vocería institucional, no obstante la presencia en los medios de algunas figuras representativas; la apatía generalizada en la comunidad académica y la persistencia de una situación anómala en la condición legal de las actuales autoridades, como consecuencia de la sentencia del TSJ que impide la celebración de elecciones para renovarlas. Estas debilidades, entre otras, contribuyen a reforzar la incertidumbre y la inmovilidad de la comunidad universitaria.
Estos escenarios exigen más que nunca una mirada crítica a los enfoques que orientan los altos fines de la Universidad y a sus estructuras de gestión. Se hace inaplazable proceder a transformaciones estructurales y académicas por parte de quienes hacemos vida en esta institución para mantener su vigencia, responder a los desafíos actuales de la Educación Superior contemporánea y rescatar la función ductora de la Universidad.
Resulta urgente la activación del Plan Estratégico de la UCV con todas sus prescripciones, no como un simple formalismo, sino como una herramienta orientadora, dinámica y abierta a su propia actualización en la práctica. Lo que allí se contempla sobre la transformación de las estructuras de gobierno es de acometimiento inmediato, con soporte en el Artículo 187 de la Ley de Universidades, el cual establece que éstas “…podrán, a título de experimentación debidamente justificada y planificada, adoptar una estructura academica distinta de la prevista en la presente Ley” para racionalizar la dirección y la gestión transparente de la vida universitaria. Es de suma urgencia impulsar acciones para la actualización general de todos los procesos académicos y administrativos de la institución, con miras a la incorporación de las tecnologías de información y comunicación, TIC, y generar una cultura de digitalización que coloque a la UCV en los desafíos que demandan los tiempos.
Se hace indispensable que distintos actores representativos del pensamiento y del quehacer de la institución se dispongan a concertar planteamientos, ideas y propuestas de consenso, que activen la vocería y fortalezcan el posicionamiento de la Universidad en la opinión pública nacional. Especialmente necesaria es la promoción de mecanismos que permitan que las Facultades, en forma individual, o reunidas por áreas de afinidad, activen su capacidad de reflexión académica para debatir públicamente opiniones sobre problemas de sus respectivos campos que afecten la vida nacional.
