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Ética Empresarial
La idea de ligar ética y empresa va desde Aristóteles a Adam Smith, y más recientemente, el Nobel de Economía Amartya Sen
Carmen Aurora Matteo
Lo ético comprende la disposición del hombre en la vida, su carácter, costumbre y moral. Podría traducirse en “el modo o forma de vida” en el sentido profundo del significado. Ethos significa carácter, pero no en el sentido de talante sino en el “modo adquirido por hábito”, un hábito surge por repetición de actos iguales, por lo que es un principio intrínseco de los actos.
La moral traduce la expresión en latín de moralis, derivaba de mos y significa costumbre. Consiste en un conjunto de juicios relativos al bien y al mal destinados a dirigir la conducta humana. Estos juicios se concretan en normas de comportamiento que adquiridas por cada individuo, regulan sus actos, su práctica diaria.
La ética como filosofía de la moral cuestiona por qué consideramos válidos unos y no otros comportamientos, compara pautas morales de personas o sociedades buscando su legitimación, trata lo específico del comportamiento moral, enuncia principios generales-universales inspiradores de toda conducta y justifica aquello por lo que merece la pena vivir.
En el marco de la tradición ética, se ha discutido sistemáticamente acerca de cuál es el principal bien para los hombres, si el placer, la virtud, la felicidad, o la utilidad; y cómo probar, qué habitualmente consideramos “bien” o “bueno”, y cómo lo es para todos (universalmente).
La ética empresarial tiene larga data y remotos antecedentes. La idea de ligar ética y empresa va desde Aristóteles a Adam Smith, y más recientemente, el Nobel de Economía Amartya Sen, para quien la economía puede ser más productiva como ciencia social teniendo en cuenta de forma explícita las consideraciones éticas; esta actitud ética en economía tiene influencia directa en el comportamiento personal. La gestión ética se asocia a: responsabilidad por las consecuencias de las decisiones; empleados, consumidores y proveedores son interlocutores válidos; el trabajo se desarrolla en un marco de cooperación, y corresponsabilidad por los resultados; la empresa opera en un marco de justicia no solo legal sino ante todo moral.
Las recientes polémicas sobre ética empresarial promueven posiciones opuestas: para algunos hay una brecha insalvable entre ética y negocios; para otros, los negocios representan una oportunidad para poner a prueba la conducta ética, pues revela todo un tejido de interacciones en la trama organizacional y relaciones con la sociedad. Constituye una cultura enmarcada en valores que persiguen no sólo metas financieras y lucrativas sino en buena medida, bienestar social y colectivo. Por ello, la empresa no puede seguir siendo un criterio restringido de lo económico aislado sustancialmente, pero no en apariencia de lo social. La empresa en su concepción de contemporaneidad es una respuesta congruente a exigencias de la sociedad.
La justificación de la ética en los nuevos tiempos, se afianza a partir de la nueva noción de desarrollo, fundamentada en la sustentabilidad y lo humano, y no limitado exclusivamente a lo económico.