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“Firmas con sello ucevista”: El Ciberacoso
Profesora Carla Mena, del Postgrado de Ciencias Administrativas de la UCV
Dra. Carla Mena
El acoso es una conducta que siempre ha existido, y que puede observarse en los ambientes escolares, labores, entre otros, hasta el punto en que hoy lo ubicamos con características muy peculiares en el uso de información electrónica y medios de comunicación, tales como: redes sociales, mensajes de texto, blogs, correos electrónicos y websites difamatorios, intimidatorios orientados a hostigar a un individuo o grupo, de forma recurrente y sistemática, por medio del texto electrónico, con la finalidad de conseguir el desequilibrio físico y psíquico de la víctima, ocasionando una serie de consecuencias negativas que puede llegar hasta el suicidio de la misma.
El ciberacoso tiene la particularidad que se ejecuta principalmente por Internet, por ser un medio de gran alcance, masificación y divulgación. Y su característica principal es que se realiza sin estar frente a la persona, “lo cual permite al agresor ser todavía más sádico y cruel pues al no ver el rostro de la víctima, no tendrá ninguna empatía hacia ella”[1].
En cuanto al origen del término de ciberacoso, se reseña que fue utilizado por primera vez por el educador Bill Belsey, de origen canadiense; no obstante, son varios los términos que se han utilizado desde entonces, entre estos: “acoso electrónico”, “e-acoso”, “acoso sms”, “acoso de internet”, “acoso en línea”, “network mobbing” “acoso por internet” “acoso digital”, y “ciberbullying”.
En este sentido, independientemente del término que se utilice, por lo general su definición recoge la acción de hostigamiento y/o acoso que se ejerce sobre una persona o varias personas, a través del uso de las tecnologías de la información, para perseguir, difamar, insultar, de forma deliberada, repetida y hostil.
El ciberacoso es un tipo de acoso prolongado que se ejecuta a cualquier hora, momento y lugar, siempre que el acosador tenga la necesidad de atacar a su víctima. Este puede incluir amenazas, comentarios sexuales, etiquetas peyorativas, insultos, mentiras, que ponen entre dicho la reputación moral de la víctima.
Dentro de sus características peculiares tenemos:
- La recopilación de información sobre la victima a través de diversos medios: contactos con familiares, amigos, etc.,
- Actividades de espionaje por medio del rastreo del IP de la víctima.
- Envío de mensajes o correos difamatorios.
- Manipulación de otras personas del entorno de la víctima, en chat, foros, blogs.
- Publicación de fotos, videos, que comprometan la intimidad de la víctima.
- Es un modo de acoso encubierto.
- El acoso se hace público y se abre a más personas de forma muy rápida.
- Fácil colaboración de cómplices que apoyan las ideas de difamación.
- Es una forma de acoso indirecto y no presencial.
- El acosador obtiene satisfacción en la elaboración del acto violento y de imaginar el daño que ocasiona a la víctima.
Este tipo de acoso atenta contra los derecho a la integridad moral, a la intimidad, a la dignidad de la persona afectada, por lo cual existen muchas organizaciones e instituciones gubernamentales y organizaciones sin fines de lucro que brindan asesoría y atención a las personas víctimas de este tipo de acoso, no obstante, el apoyo familiar y de la sociedad en su conjunto son necesarios para la lucha contra esta flagelo.
