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“Firmas con sello ucevista”: La inseguridad laboral
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Dra. Carla Mena, profesora de la Maestría en Gerencia Empresarial de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV
Dra. Carla Mena
La situación económica actual ha impactado significativamente en el ámbito laboral, generando muchos cambios, tales como el aumento de la percepción laboral, y dentro de esta se ubica la inseguridad laboral, definida como la incapacidad percibida para mantener la continuidad laboral ante una situación de amenaza en el trabajo. En otras palabras, la anticipación de un evento estresante como la posibilidad de la pérdida del empleo, que puede conducir a un estado de ansiedad tan importante, como el evento en sí mismo.
Los efectos de la inseguridad laboral son producto en gran medida de la precariedad laboral, que conduce a una situación de incertidumbre generalizada hacia el propio futuro laboral, y de los miedos que pueden aparecer ante la inseguridad económica para un trabajador y para su familia, en un contexto en donde la capacidad para la acción preventiva y la anticipación al problema son mínimas.
La inseguridad laboral es uno de los más importantes riesgos psicosociales “emergentes” en el mundo laboral. Los estudios sobre los efectos de la inseguridad laboral han descrito sus consecuencias nocivas sobre la salud de los trabajadores, a nivel físico y mental, y por otro lado, sobre el funcionamiento y rendimiento de las organizaciones.
En este sentido, pueden identificarse un conjunto de consecuencias negativas que se inician desde lo personal, pero que trascienden a lo colectivo. En el primer caso, por ejemplo, se manifiesta el deterioro de la salud mental del trabajador, producto del estado de estrés permanente, fatiga crónica, entre otros. Y, en el segundo, el descenso de la satisfacción laboral, el aumento de la intención del abandono de la organización, la baja de rendimiento, etc.
Es consecuencia, la inseguridad laboral ha puesto de manifiesto una alta siniestralidad laboral, por su estrecha relación con indicadores de salud, como lo destaca un reciente estudio sobre “La evolución del empleo y la situación social”, que analiza la relación entre inseguridad contractual y problemas de salud en 16 países europeos (Laszlo 2010), encontrando en general una asociación significativa entre ambas línea.
La inseguridad laboral afecta significativamente la calidad de vida de las personas que se encuentran sumergidas bajo un panorama laboral cada vez más estresante, por la precariedad, temporabilidad, rotabilidad, que se observa en los últimos años. La incertidumbre sobre el futuro que presenta el trabajo precario, indiscutiblemente afectan a la persona bajo cualquiera situación que esta se encuentre, a decir: a) Sin trabajo o desempleada, b) Con trabajo precario; y c) Puesto de trabajo fijo.
En cualquiera de las tres situaciones puede haber una afectación sobre las personas, ya que, quien no tiene trabajo, ve disminuida su capacidad económica y su valorización social y personal. Por otro lado, quien sí posee un empleo pero sin estabilidad, debido a que no proporciona ninguna seguridad sobre su duración, se encuentra en la frontera entre paro y empleo. Y, en el último caso, están los que tienen un trabajo fijo, pero que conscientes del panorama actual de inseguridad laboral temen permanentemente la aparición de problemas en la empresa que hagan inviable su permanencia.
En fin, el miedo al desempleo se ha convertido en una característica general del mercado laboral actual, por lo que es importante desarrollar estrategias tanto a nivel personal como organizacional.