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“Firmas con sello ucevista”: La respuesta ante desastres naturales y explosiones sociales
Dr. Elías Chuki, miembro del equipo de articulistas de UCVNOTICIAS
Elias M. Chuki R.
La reacción individual psicológica ante los desastres naturales sigue una secuencia variable, que incluye una progresión que se mueve desde las defensas activadas, a través de estados tempranos de respuestas, a una fase de ira y frustración y, finalmente, hacia algún nivel de resolución.
De forma similar, en la comunidad ocurre esta progresión análoga de cambios, con características particulares dependiendo del tipo de desastre, impacto súbito, duración del evento y la probabilidad de recurrencia. El patrón de cambio para la respuesta personal y comunitaria, no es simple ni rectilíneo, con una gran diversidad de respuestas individuales que influyen en la comunidad general, durante la fase de recuperación. Dentro del rango típico de respuestas poco después del desastre, se da un número de indicadores de estrés, categorizadas en 4 grupos:
- Signos psicofisiológicos: fatiga, náuseas, temblores finos, tics, sudoración profusa, escalofríos, mareos y trastornos gastrointestinales.
- Signos de comportamiento: cambios del sueño y del apetito, abuso de sustancias, hipervigilancia, rituales, cambios de la marcha y llanto fácil.
- Signos emocionales: ansiedad, depresión, irritabilidad y pesar.
- Signos cognitivos: dificultad para la toma de decisiones, confusión, falta de concentración y tiempo de atención reducido.
Los efectos a largo plazo incluyen pesadillas, disminución de la líbido, ansiedad, depresión, violencia doméstica y disminución de la capacidad de trabajo.
Por otro lado, ocurren desequilibrios por inadaptación del sistema nervioso, cardiovascular, endocrinológico e inmunológico que progresa hasta la aparición de enfermedades: hipertensión arterial, problemas tiroideos, artritis, cáncer, entre otras.
Existen casos aislados de comportamiento antisocial, la mayoría de la gente responde generosamente. Los programas de respuesta ante los desastres van dirigidos a la población general, haciendo hincapié en los grupos más susceptibles de trastornos psicológicos: niños, ancianos, personas con enfermedades mentales, minorías raciales y culturales, familiares de las personas desaparecidas en un desastre, y otros con necesidades especiales.
En el caso de la explosión social como producto de la conflictividad mantenida en el tiempo, se observan características psicológicas similares en la población afectada, agravada por el hecho que son inducidas por la mano del hombre, a través de los grupos que interactúan; sin embargo, se diferencia de los desastres naturales que puede ser prevenida y previsible, si se toma en cuenta los signos expresados por el comportamiento de la sociedad, a fin de buscar soluciones para mitigar la situación de conflicto y resolver el disconfort colectivo e individual.
