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“Firmas con sello ucevista”: Organizaciones tóxicas

03/06/2013 10:50 Age: 11 años
By: DIC/UCV
Profesora Carla Mena, del Postgrado de Ciencias Administrativas de la UCV

Profesora Carla Mena, del Postgrado de Ciencias Administrativas de la UCV

 

Las organizaciones son entes complejos, en especial las de tipo empresarial, ya que en ellas un grupo de personas se relacionan en conocimientos, experiencias, capacidades y habilidades para alcanzar determinados objetivos o fin común.

 

Muchos especialistas en desarrollo organizacional señalan que las  relaciones que se establecen en las organizaciones, pueden llegar a reflejar  si se trata de una organización sana, enferma o “toxica”, estas últimas definidas como aquellas organizaciones donde  trabajar resulta nocivo para la salud de las personas, producto de la generación de riesgos de tipo psicosocial que impactan negativamente en los trabajadores.

 

En las organizaciones “toxicas”, prevale la insatisfacción del trabajo realizado debido a que no se logran los objetivos programados; las políticas y procedimientos tampoco se cumplen, ni se llevan a cabo por diversos motivos, aumentando los niveles de accidentes en el trabajo y pérdidas en términos de rendimiento. Estas organizaciones juegan al corto plazo, trayendo consigo la destrucción de los trabajadores por el agotamiento que implica realizar diversas tareas sin coordinación ni dirección, y en un ambiente donde le trabajo en equipo y la cordialidad entre los compañeros son ausentes, generando desgaste del trabajador y convirtiéndolo en un objeto desechable, que ocasiona es este desconcierto, desesperación, desmotivación, y trae consigo un alto número enfermedades ocupacionales y accidentes.

 

En otras palabras, los trabajadores se desempeñan en  tensión extrema y permanente, no se generan vínculos o relaciones razonables en términos del trabajo en equipo, sino prevalece un ambiente competitivo producto de la promoción y desarrollo de una carrera profesional que es una especie de competición, donde solo importa el que gana, ya que se trata de un juego de ganar o perder, y viceversa, sin importar a qué precio ni como, donde el trabajador empeña su estado físico y mental que en la mayoría de los casos lo anula por completo. Este juego que para algunos estudiosos de la materia se convierte en algo macabro se da en un campo de guerra crea y promovido por la organización.

 

Según  Iñaki Piñuel (2008), también en las organizaciones “toxicas” se hace  necesario e imprescindible una plena y total adhesión e identificación ideológica. Es decir, se trata de modificar el pensamiento del trabajador, cambiando sus valores personales por los que la organización desea. Explica Piñuel que los trabajadores se ven sometidos a una labor de adoctrinamiento  bajo el pretexto de que estos son los valores de la empresa, enfatizando que forma parte de su filosofía, misión y proyecto institucional.

 

Esta situación genera en el trabajador contradicción y disonancia que se reflejara en un estado psicológico de conflicto interno, que con el tiempo termina afectando su salud, debido a que comienza a somatizar, ocasionando la aparición de enfermedades psicológicas como burnout, estrés, fatiga crónica, entre otros.

 

En consecuencia, en las organizaciones tóxicas el trabajador sobrevive en un ambiente de conflicto cronificado, con la sensación de no alcanzar la estabilidad que necesita, vive en una guerra organizativa de nunca acabar, y donde el lugar de trabajo se convierte en un espacio insoportable, en los que la perspectiva de ganarse la vida, se transforma para el trabajador en una tortura.

 

 Algunas referencias:

Iñaki Piuel (2008): La dimensión interior. Ediciones Pirámide. Madrid-España


CIUDAD UNIVERSITARIA DE CARACAS
"PATRIMONIO MUNDIAL" (UNESCO, 2000)

"La mejor garantía de conservación de los monumentos y de las obras de arte viene del afecto y respeto del pueblo, y ese respeto asienta sus bases en la educación y en el fomento de su conocimiento". (Carta de Atenas, 1931)