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Perspectivas del cambio
No existe costumbre inveterada que no pueda en alguna ocasión transformarse en lo contrario, y cuanto más extrema es una posición, tanto más fácilmente es de esperar una enantrodromía, una conversión de algo en su contrario.
Esmelin Antonio Graterol Guzmán
Una de las falacias más corrientes acerca del cambio es la que si algo es malo, lo contrario tiene que ser forzosamente bueno. La mujer que se divorcia de un hombre débil a fin de casarse con un hombre fuerte, descubre con amargura que si bien su segundo matrimonio tenía que ser exactamente lo contrario del primero, nada ha cambiado en el fondo.
Esta extraña interdependencia de los contrarios era ya conocida por Heráclito, el gran filósofo del cambio, el cual la designó como ENANTIODROMIA. Esto fue adoptado por Jung, el cual lo consideró como un mecanismo físico fundamental; todo extremo psicológico contiene secretamente su propio contrario o se haya a su respecto en una íntima y esencial relación.
En la vida real, si bien es cierto, los problemas humanos pueden continuar a un nivel constante de gravedad, hay muchos que no permanecen igual durante mucho tiempo, sino que tienden aumentarla y acentuarla si no se alcanza alguna solución o la solución alcanzada es errónea y sobre todo si se aplica más de la misma solución equivocada.
Cuando esto sucede la situación puede permanecer similar o idéntica desde el punto de vista estructural pero la necesidad de la dificultad o del sufrimiento impuesto aumenta. Nos damos cuenta que implica una contradicción consistente, por una parte el problema es presentado como permaneciendo sin modificar, mientras otro es descrito como empeorando constantemente.
Recientemente se ha incrementado una polarización, son cada vez más numerosos los que comienzan a advertir que es preciso hacer más, es el problema. La misma complicación está en la raíz de numerosos problemas humanos, el sentido común indicaría que el modo de contrarrestar un hecho doloroso o perturbador consistiría en introducir su contrario en la situación.
De lo que se ha dicho, deducimos que existen dos tipos diferentes de cambio:
CAMBIO 1: tiene lugar dentro de un determinado sistema, que en sí permanece inmodificado.
CAMBIO 2: un cambio del cambio, cambia al sistema mismo.
El cambio tipo 2 posee siempre la índole de una discontinuidad o de un salto lógico y sus manifestaciones prácticas aparecen como ilógicas y paradójicas.
Un sistema que pase por todos sus posibles cambios internos sin que se verifique en él un cambio sistemático, es decir, un cambio 2, puede considerarse un juego sin fin. No puede generar desde su propio interior las condiciones para su propio cambio, no puede producir las normas para el cambio de sus propias normas.
CUANTO MÁS CAMBIA ALGO MÁS PERMANECE IGUAL
Este proverbio francés encierra una extraña y paradójica relación entre persistencia y cambio; éstas han de ser consideradas conjuntamente, a pesar de su naturaleza aparentemente opuesta.
Esto ejemplifica el principio general que afirma que toda percepción y todo pensamiento son relativos y que operan por comparación y contraste. Una cosa es advertir, tomar en cuenta, argumentar acerca de algo tan patente como cambio de algo en su contrario, pero resulta muy difícil especialmente en las relaciones interhumanas, darse cuenta de que el hecho de tal cambio no representa cambio alguno dentro de la pauta general. Gran parte de los conflictos humanos y muchas soluciones engendradoras de conflicto son debido a tal ceguera.
Existen tres maneras equivocadas de enfocar un problema:
- intentar una solución negando que un problema lo sea, en realidad es preciso actuar pero no se emprende la acción. Un ejemplo, la madre que sospecha que su hijo consume drogas, tal es el dolor que ello le puede causar que prefiere jugar a no saber, no se comunica con su hijo y evita revisarle el cuarto para no confrontar la solución con la esperanza de que alguna varita mágica le salve de la solución.
- Se intenta un cambio para eliminar la dificultad que desde el punto de vista práctico es inmodificable (brecha generacional).
- Se intenta un cambio tipo 1, cuando es requerido un orden lógico superior: caso insomnio, depresión, etc, es decir, se precisa un cambio tipo 2. Se intenta un cambio 2 cuando lo lógico es tipo 1 (se exige al hijo que le guste estudiar y no que estudie 2 horas diarias).
Abandonar un problema teniendo en cuenta los principios mencionados, conduce a la formulación y aplicación de un procedimiento en cuatro (4) etapas:
- Una clara definición del problema en términos concretos
- Una investigación de las soluciones hasta ahora intentadas
- Una clara definición del cambio concreto a realizar
- La formulación o puesta en marcha para producir dicho cambio