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UCV promueve Derechos Humanos como ejercicio de ciudadanía
La responsabilidad del Estado sobre los Derechos Humanos, sus alcances y limitaciones, entre otras recomendaciones a partir de la experiencia internacional, fueron puestas a la luz en el “Seminario Internacional Sobre Derechos Humanos: normativa y mecanismos de protección internacionales”, realizado en la UCV
Embajador de El Salvador
El Padre Raúl Herrera, organizador del evento y Director del Centro para la Paz y los Derechos Humanos “Padre Luís María Olaso”, sostuvo que la actividad está dirigida a promocionar y difundir todos los aspectos correlativos al tema de los Derechos Humanos.
Aseguró que parte de dicha preocupación, tiene que ver con la situación de violencia presente en el país, de la cual no escapa la Universidad Central. “De manera que fomentar un clima y una cultura de paz, es necesario a favor de la sana convivencia, el debate de las ideas y la pluralidad”, acotó.
Por su parte, Víctor Rodríguez Cedeño, especialista en Derecho Internacional, aclaró la importancia de la discusión acerca de los Derechos Humanos, “sobre todo los aspectos que conciernen a la democratización del acceso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”.
Para el docente, es bien significativo mostrar cuáles son esos mecanismos poco conocidos, de los que el individuo puede valerse. Resaltó que por mucho que se puedan conocer las normas y procedimientos de acción, los individuos se encuentran limitados por falta de recursos para iniciar un proceso legítimo; de allí la idea de proveer de herramientas a los ciudadanos, en función de diseñar una mayor reciprocidad con la sociedad.
Rol del Estado
Respecto al comportamiento del Estado venezolano en este ámbito, Rodríguez apuntó que se debe considerar al individuo como sujeto de derecho, y en ese sentido actor fundamental de la práctica universal sobre los Derechos Humanos.
Resaltó que en Venezuela, no sólo se violan con frecuencia estas garantías, sino que la defensa de las mismas queda a expensas de la displicencia estadal. “La Defensoría del Pueblo no hace absolutamente nada por mejorar el respeto a los Derechos Humanos”, indicó
Advirtió además que el Estado, más allá del gobierno de turno, debe hacer valer estos derechos. “No sólo el derecho a la vida, a la integridad física o al ejercicio del voto, sino a los económicos, sociales y culturales”. En cuanto al orden internacional, el docente dejó claro que el Estado venezolano, es quien actúa como sujeto de derecho internacional y no el gobierno.
Entre tanto, otro de los invitados de dilatada trayectoria en la materia, Román Mayorga, manifestó que la ciudadanía venezolana muestra un enorme interés por “la protección de los Derechos Humanos”.
El también Embajador de El Salvador, aunque no se inmiscuyó en temas sobre la política interna, destacó que en Venezuela “evidentemente existe un clima proclive al irrespeto de Derechos Humanos, muchas veces revelado en el tema de la violencia”. Destacó que la polarización puede traer algunas consecuencias.
En cuanto a la experiencia Latinoamericana, el Embajador trajo a colación el caso de El Salvador, como ejemplo “eximio” de las atrocidades sobre los Derechos Humanos. “Brutalidades que dejaron una guerra interna de más de doce años”, cuyas consecuencias costaron años de negociaciones en procura de la paz.
Afirmó que lo vivido por los salvadoreños, para nada se puede comparar con la realidad venezolana, especialmente porque “este país tiene una tradición bastante larga de democracia”, a diferencia de los cincuenta años de dictadura que soportó el país centroamericano.
Recomendaciones a la democracia
Recomendó que la democracia venezolana se puede fortalecer a partir de trabajar aun más los Derechos Humanos, donde se garantice en primera instancia una “Justicia Social Básica”.
En segundo lugar, fortalecer la “legitimidad del sistema político, a partir del “cuidado de la transparencia electoral, de manera que los resultados reflejen la voluntad popular y sea respetada”.
Como tercer elemento nombró la búsqueda de “la solidez de las instituciones democráticas, a través de la descentralización del Estado y la separación de poderes”. Y, en cuarto lugar, exhortó a mantener “una actitud dialogante”, a los fines de resolver problemas más allá de la visión política de las partes.
