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Yolanda Moreno: La negrita de pan de trigo

13/06/2014 12:34 Age: 10 años
By: Ingrid Uzcátegui Fotos: Andrew Álvarez DIC/UCV

La UCV le rinde homenaje hoy, 13 de junio, en el Aula Magna   Esa tierra, trigueños, yo lo sabía. Pero… perdí los libros de geografía. Negro que nace negro, negro se va y estas cositas güenas que yo he pintao, son puras invenciones pa conversá!”,   Manuel Rodríguez Cárdenas

 

El poeta, Manuel Rodríguez Cárdenas, revela a esa negrita de “Pan de Trigo”,  en la tierra de trigueños que era la Caracas  de los techos rojos y pule, como a un diamante en bruto, a una de las más grandes  protagonistas de la  danza nacionalista: Yolanda Moreno.

 

Es  imposible  escribir la historia  de la danza en nuestro país, sin encumbrar la existencia de quién ha sido  su máximo exponente. Yolanda Moreno es  ya un patrimonio cultural de la Nación,  una de las más dignas exponentes del folklore venezolano.

 

Nacida en la popular parroquia  San Juan, en el seno de un hogar  humilde, la bailarina de pueblo Venezolano nos cuenta  sus orígenes “Mi  padre  era chofer y mi madre realizaba lo que antes  llamaban   oficios del hogar, que  era ocuparse  de  nosotros, lavar, planchar y cocinar. Somos cuatro hermanos, dos bailarinas;  Patricia,  la mayor, bailarina  de ballet y de  danzas nacionales; Celina,  enfermera  instrumentista quien trabajó en el HCU; y Carlucho, graduado en telefonía”, refiere  orgullosa los oficios de sus más allegados familiares.

 

“Nací bailando, me llevaban  a la plaza  durante los carnavales, bailaba y cantaba como  un jilguero. Me  llevaba Raúl López, quien estaba  formando el coro para los trabajadores. Entré  a los doce años  en el “Retablo de Maravilla”, era  como lo que hoy día es el Sistema de Orquestas, estaba compuesto por  un coro, una coral,  madrigalistas , grupo de teatro, cuatro agrupaciones de danza,  guiñol, conducido por Doctor Manuel Rodríguez  Cárdenas, quien fue mi esposo”, cuenta Moreno con un halito de nostalgia.

 

La danza y el amor llegaron juntos 

El amor en la vida  de Moreno tiene  dos aristas: danza y amor conyugal,   porque  va indisolublemente ligado  a la vida  del quien se convirtió  en su esposo,  el Doctor Manuel Rodríguez  Cárdenas. “Yo pertenecía al coro, era contraalto, él me veía  y me pasaba la mano por  la cabeza y me decía:  “Esta negrita Pan de Trigo”. Conforma  entonces el primer  grupo de danzas, no había coreógrafo, pero como al Retablo arribaban bailarines extranjeros, se creó el primer grupo “Cerro el Ávila”, Danzas venezolanas; después  “Tierra  Firme”, con danzas latinoamericanas,  y  luego “Caracol de Bronce  y Danza”, y “Cantos  Patrios”, estos cuatro grupos se unen y hacen es un espectáculo venezolano y latinoamericano para la inauguración del Aula Magna”, relata.

 

Para la bailarina del pueblo venezolano, hablar de su esposo es  un capítulo aparte en su vida  y relata que fue  él quien hizo de  sus cualidades,  un exponente del folclore venezolano.  “Fue poeta, cuentista, ensayista, orador, cronista, profesor universitario, director y columnista de diarios nacionales, creador de instituciones teatrales y culturales para los obreros, como el “Retablo de Maravillas”, Director de Cultura del Ministerio del Trabajo,  doctor en Ciencias Políticas, en 1938, post grado en la Universidad de Columbia en Estados Unidos y es uno de los fundadores de la  Escuela de Comunicación Social de la  UCV”, enumera los logros y asiente que nunca  se le ha dado el lugar que merece  en la historia de la cultura en Venezuela.

 

 Al alma  no se le  hace cirugía

Cuando le preguntamos sobre el secreto de esa fortaleza, juventud  y espíritu inquebrantable  que contagia y  transmite  a su alrededor, Yolanda  Moreno responde. “El secreto es  tener el alma  limpia, no tener odio. Todo lo veo  rosadito, si no me amargaría,  sufro a veces por  mis bailarines, pero les digo que  siempre  hay una luz  en el fondo del túnel. Me  veo cada día  más  vieja. A veces  digo,  me  voy a hacer la cirugía, después  pienso  ¿para qué? Si al alma no se le hace cirugía, allí está siempre  transparente y eso es lo que transmito”, resaltó.

 

“Formo parte  de los  billetes  venezolanos.  La gente  se  acostumbró a verme. Todo el mundo me conoce, los  viejos  por  viejos, los  jóvenes también. Todo se puede  cuando se quiere, yo  tuve dos  hijos y enseguida me  incorporaba a las clases  de ballet  y danzas. Nunca  paré, sólo los  últimos  días  de los  embarazos, pero a los dos meses ya estaba igualita”, señala con picardía.

 

 El mundo la aclama

Yolanda Moreno  ha llevado  su talento a muchos países, recorrió tres veces los  Estados Unidos e  igual número  de visitas a la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y en América Latina visitó Argentina, Uruguay, Chile, Ecuador y Colombia. En Europa logra el primer lugar en el Festival Mundial de la Danza realizado en 1980 en Agrigento, Italia.

 

“El primer  viaje  por el Caribe  fuimos  a todas  las islas, en especial recuerdo  Puerto Rico  Haití, República  Dominicana, Cuba, Nicaragua, Honduras,  El Salvador  hasta llegar a Miami. El Retablo no paraba, fue hecho con hijos de trabajadores, gente humilde. Después de la gira  se crean danzas  nacionales en los países que recorrimos, semejante  a la experiencia de la Orquesta”, explicó.

 

 He sembrado en buena  tierra

Moreno sin una  expresión de  inculpar a nadie, recuerda que se le acusó de perejimenista, luego de  tergiversar la danza en Venezuela, así como ha tenido amantes  de su arte, no le han faltado los detractores. “Yo me he mantenido en esto en base de la exposición y aceptación  de los medios,  me acusaron también de comerciar con el folklore. En este momento no hay apoyo alguno y vivimos de nuestras presentaciones”.

 

“Mi gran satisfacción es saber  que los  jóvenes  quieran conocer  lo que he hecho y hago. Hay mucha  gente sencilla  que se me acerca y recibo regalos de   santos populares para que me acompañen porque la gente me ve así y me regala.  Nunca  he torcido mi línea”.

 

“A los que quieran dedicarse a este oficio, les recomiendo  que estudien, sean honestos, creativos, no dejen  de estar siempre  informados de lo que está sucediendo en el arte  y  lean, lean, lean, la lectura te lleva a otros mundos  y te purifica”, precisó Moreno.

 

“El anhelo más  grande  que deseo es que un día,  el Estado venezolano comience esta  obra  que es  Danzas Venezuela y la fortalezca, puedo no estar, pero a lo largo y  ancho del país   tengo a mi gente. He creado una nomenclatura, un programa, peinados, uniformes, esto es disciplina y se  lo debo a mi primera  maestra, Margarita Bremer,  una austriaca que me enseñó el oficio”, recordó.

 

“El  arte de la danza  es  un lenguaje universal, el medio de penetración que puede  tener un pueblo.  La danza siempre  es  paz”, acotó.


CIUDAD UNIVERSITARIA DE CARACAS
"PATRIMONIO MUNDIAL" (UNESCO, 2000)

"La mejor garantía de conservación de los monumentos y de las obras de arte viene del afecto y respeto del pueblo, y ese respeto asienta sus bases en la educación y en el fomento de su conocimiento". (Carta de Atenas, 1931)