El Día Mundial del Desafío comenzó en el invierno de 1983, cuando la temperatura en una pequeña ciudad de Canadá era de 20 grados bajo 0. El Alcalde sugirió que a las 15:00 horas, cuando la noche ya caía sobre las calles, la gente apagase las luces y saliera de casa y caminara por 15 minutos, alrededor del manzano más cercano, invitando a la población el ejercicio del cuerpo.

Además de fomentar la actividad física, la iniciativa resultó en ahorro de energía que pudo ser calculado por el número de personas involucradas en la actividad. Al año siguiente, la experiencia fue compartida con la ciudad vecina, y realizaron la caminata juntas en la misma fecha y hora. A partir de entonces, estaba lanzado el espíritu que definiría el programa del Día Del Desafío.

Una excusa para promover la participación de toda la comunidad universitaria en Actividades Físicas.

El día del evento, todas las personas, de todas las facultades, gremios y dependencias, de todas las edades participan en una competición amistosa, con la intención de incorporar la mayor cantidad de personas de la comunidad universitaria.

¡La competición tan solo pretende estimular la participación! Ganan todas y todos los participantes, demostrando su espíritu ucevista, gana la UCV.