Por José Castelli

Ya 13 años han pasado desde la partida de nuestro querido y recordado Sensei Víctor Urbina. 13 años que no son suficientes para dejar de recordar a este gran amigo y entrenador, formador de judokas cuya prioridad, por encima de cualquier medalla o podio deportivo, se encontraba la medalla y el podio de la vida.

Una persona humilde pero llena de sueños que pretendía para sus alumnos una formación integral resaltando valores como la honradez, el sacrificio y la honestidad por encima de cualquier cosa.

Un perfeccionista de calidad humana, de talento y de alto carisma cuyas palabras dejaban de un lado el tecnicismo para llenarlas de esperanza, de buena vibra y de buenos deseos.

Su luz no se apagó. En lo absoluto. Más bien creció y se multiplicó en cada una de las personas que tuvimos el privilegio de recibir sus enseñanzas, siendo embajadores del trabajo, del esfuerzo pero sobre todo del respeto y la compasión.

13 años no son suficientes para olvidar al Sensei Víctor. Ni una vida tampoco.

Siempre estará con nosotros.

Recordando a Víctor Urbina

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