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¿Existe crisis de liderazgo en Venezuela?

14/01/2015 14:43 Antigüedad: 10 años
Por: Humberto Luque DIC/UCV

Hombre, mujer, joven, con experiencia, político profesional, académico o activista social ¿qué perfil debe tener la persona que exige la sociedad venezolana para que ejerza el liderazgo en tiempos de crisis?

 

La pregunta va directa y sin anestesia: ¿Qué líder requiere Venezuela? Ante esta interrogante los venezolanos pudieran tener visiones encontradas. Algunos dirían que el país requiere alguien del tipo conciliador, democrático, convencido de un esquema horizontal marcado por la participación y el trabajo en equipo.

 

En la otra esquina pudiera estar el que considera que aquí lo que se necesita es mano dura y firme; es decir, un liderazgo más del tipo vertical, autoritario, fuerte y con una visión clara del futuro.

 

Esta respuesta podría estar influenciada, además, por las expectativas y percepciones que cada quien tiene de la realidad. No obstante, hay elementos que permiten identificar cuál es el tipo de liderazgo que la sociedad, en su conjunto pudiera estar solicitando.

 

Crisis o vacío de liderazgo

El Director General del Instituto Universitario de Gerencia y Tecnología y profesor de la <media 23691>Maestría en Gerencia Empresarial</media> de la UCV, Vladimir Petit, ofrece luces con relación al tipo de líder que pudiera estar requiriendo en estos momentos una sociedad como la venezolana.

 

Aclara en primer lugar, no estar seguro de si realmente el país necesita un líder. “De lo que sí estoy seguro es que necesitamos alguien que ejerza el liderazgo”. En ese orden señala que lo que existe actualmente en el país es un vacío del mismo.

 

“El vacío viene porque, de un lado y del otro, hay una serie de insatisfacciones. Ahora, ¿cómo se sale del vacío? Usualmente se sale por una situación sobrevenida que hace explotar un liderazgo”.

 

Ante una situación como esa, explica el docente, “nos hacemos varias preguntas: Hacia dónde vamos y cómo vemos el futuro inmediato. En lo personal veo el futuro inmediato mucho peor y más inestable. Como lo veo más inestable, creo que hace falta un tipo de ejercicio de liderazgo más vertical”.

 

Destaca en ese sentido, que si se considera que el futuro cercano es muy inestable, “automáticamente el sistema busca, en primer lugar, a un varón, lo cual me parece injusto. En segundo lugar, busca a alguien distinto a lo que hay actualmente. Luego, busca a alguien, no joven. ¿Por qué? Porque si tú sientes que la crisis explotó, vas a buscar a un experto. En cuarto lugar, buscas a alguien que no haya tenido que ver con la situación que nos llevó hasta aquí. Y en quinto lugar, buscas a alguien de carácter”, acota.

 

“Si tú me preguntas que está buscando Venezuela, te diría que alguien entre 40 y 50 años; varón, lo cual, repito, es muy injusto; y alguien que tenga posiciones duras y severas para poder arreglar esto. No político profesional. Alguien que lo asocie con cualquier otra área no directamente relacionada con la política profesional”, resalta.

 

¿Quién toma el testigo?

El especialista e investigador en el área de Liderazgo, explica que “si una sociedad vislumbra el devenir inmediato como lleno de incertidumbre, inestabilidad y cambio, tenderá a acoplarse con quien satisfaga la demanda de atributos específicos del liderazgo vertical; es decir, más liderazgo que gerencia. Si por el contrario, prevé normalidad y estabilidad, el sistema buscará un liderazgo más horizontal, caracterizado por más gerencia que liderazgo, más participación y trabajo en equipo”, apunta.

 

En ese orden de ideas, el docente explica que el procedimiento para decidir el estilo de liderazgo necesario para un momento determinado consta de cuatro pasos: 1) Determinar si se percibe un futuro inmediato de crisis o normalidad. 2) Especificar la demanda esperada de funciones de liderazgo para el escenario definido en el paso 1. 3) Vislumbrar el estilo de liderazgo que se corresponda con la demanda esperada, de acuerdo con el paso 2, y 4) Identificar quién o quiénes simbolizan esos requisitos.

 

Más elementos del perfil

Para el Ex-Coordinador de Formación del Centro de Políticas Públicas IFEDEC, Eduardo Machuca, en el país se observa una crisis de liderazgo que se expresa en el hecho de que en la esfera tanto de lo público como de lo privado “pocos están dispuestos a asumir su responsabilidad”.

 

Indica en ese sentido que “de los hechos que se suscitan en Venezuela, escasas son las demostraciones espontáneas de ejercicio del liderazgo que contemplen el asumir la responsabilidad por parte de algunos actores, de los hechos que pueden tener consecuencias negativas para un grupo”.

 

El también profesor de la escuela de Estudios Políticos de la UCV, señala algunos aspectos que permiten complementar aún más el perfil que debería tener quien asuma el liderazgo en el país.

 

“Considero que debe tener capacidad de diálogo sincero, ser portavoz de un mensaje de unidad país, que rompa con la polarización política y social, y convoque a los venezolanos a un proyecto que supere las diferencias y posiciones radicales que se han sembrado los últimos años. Ese líder debe tener la capacidad de superar la frontera artificial entre chavismo y oposición, asumiendo la responsabilidad ante las diversas situaciones y tomando las decisiones que exige Venezuela con valor y entereza”, apunta.

 

Qué se espera del líder

Tal como señala el investigador Vladimir Petit, “desde siempre las audiencias han esperado que quienes ejercen la autoridad en funciones de liderazgo les brinden, citando a (Heifetz, 1997):

 

1.- Dirección (D): una visión clara de hacia dónde ir, claridad con respecto al propósito del sistema, la dinámica, los objetivos y la forma de abordarlos.

 

2.- Protección (P): cobijo ante los enemigos comunes, sensación de solidaridad ante las amenazas, identificación de amenazas y respuestas. Es fundamental pues genera seguridad y ese valor, desde los primates hasta la cotidianidad humana, genera lealtad y confianza.

 

3.- Orden (O): la sensación y el compromiso de que las conductas deben desplegarse conforme a las normas o, al menos, al sentido común. Ello permite orientar a las personas, establecer normas y controlar los conflictos.

 

4.- Diferencia Simétrica (S): la gente espera que alguien o algo simbolicen lo opuesto a lo existente (E), la garantía de pasar de una página a otra; o sea, lo simétrico con respecto a lo existente. Esta cuarta expectativa sólo aparece cada cierto tiempo, cuando ocurre un episodio muy diferenciado en la trayectoria del sistema y éste se encuentra en declive. Es posible que esta expectativa termine siendo crucial e incluso compense cierta deficiencia en el grado de satisfacción de las otras expectativas.

 

Tomando como base estos elementos, valdría la pena reflexionar sobre quién podría ser la persona que mejor encaje en un perfil determinado, de acuerdo a la percepción de la realidad que tenemos en este momento de nuestro país. En todo caso, hay una idea que debería permanecer en la mente de cada venezolano. Países con menores posibilidades y ambientes más conflictivos lograron emerger con éxito de sus escenarios de crisis. Lo más probable es que la coyuntura haga explotar un liderazgo capaz de hacer flotar lo mejor del recurso con que cuenta Venezuela. El sistema, tarde o temprano, recurrirá a un trabajo de adaptación típico del ejercicio del liderazgo.

 

 


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