| Hoy todos los venezolanos reconocemos que la independencia es el proceso más importante de nuestra historia, por que obtuvimos la libertad que nos permite ejercer nuestro derecho a ser lo que somos, venezolanos. Para todos los venezolanos el proceso de independencia comprende nuestra época más gloriosa, por ser el tiempo de grandes hombres, cuyos elevados ideales y probado valor, hicieron posible la consecución de fastuosas causas que alimentan nuestro orgullo y sentir patrio.
200 años después todos los venezolanos compartimos esta noción del pasado porque aprendemos una misma interpretación de los hechos, es decir conocemos una misma historia. En la escuela nos enseñan que el 19 de abril de 1810 se declaró, y que el 5 de julio de 1811 se firmó, el acta que sentenció nuestra irrenunciable decisión de ser libres. Asimismo, aprendemos cientos de fechas compuestas por días, meses y años, de un sin fin de batallas y actos heroicos, librados por un grupo de excepcionales próceres que lucharon a muerte en una larga y cruenta guerra convertida en el crisol donde se forjó nuestra libertad. Aprendemos que Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, José Tadeo Monagas, José Antonio Páez, Santiago Mariño, Manuel Piar, Carlos Soublete, Rafael Urdaneta, etc., son algunos de nuestros principales héroes. Se nos repite insistentemente que pelearon por nosotros con gallardía, con honor, con disciplina y gran coraje, todos bajo el liderazgo de Simón Bolívar, nuestro máximo héroe y padre de la patria, a quien se nos enseña a venerar y rendir culto.
La manera en que conocemos la independencia, y buena parte de la historia contemporánea del país, es producto de la forma de enseñarla y utilizarla que se diseñó y se puso en práctica en el siglo XIX. Esta visión de la independencia está compuesta por una gigantesca producción de libros, manuales escolares y publicaciones de todo tipo, -algunas escritas por los más destacados hombres de letras del país-, que se conoce, en su conjunto, como la historiografía patria.
La historia patria representó una feliz síntesis que logró sobreponer a la marcada diversidad social la aparente solidez de una homogénea y hasta ese entonces desconocida unidad. De este principio surgió la noción de pueblo, prontamente convertido en el gran protagonista de la lucha por la independencia. La historia patria cubrió del mismo sentido unitario otros aspectos de la vida pública, como la economía, la política, la integración territorial y sobre todo, la ideología que nutrió el proceso. De tal forma la interpretación tradicional parte de la idea de que todos los venezolanos estaban unidos en favor de una sola causa. Supuesta unanimidad que a la voz de “todos juntos”, logró imponer la idea de dos bandos enfrentados, unos buenos y otros malos, amalgamados por el odio, el miedo y el desprestigio del contrario.
Si desea continuar leyendo el ensayo ingrese en este link: La Independencia en Venezuela
|